viernes, abril 5

no me importa que digan los demás yo seré quien soy

Ser uno mismo y estar conforme con ello no es un acto de grandeza ni significa que haz alcanzado el estado máximo de vida, pues el ser tu mismo puede ser una persona escoria, ser uno mismo es un acto de responsabilidad, tener carácter propio es algo que se hace a costa de los demás. ¿Por qué ser especial entonces? La doctrina del dolor y la disciplina del tiempo en su estricto andar nos enseña además que la praxis de la naturaleza a través y siempre a través del deseo es un lujo.

Las células del organismo trabajan siempre desconsiderando a las demás, es decir, automáticamente y según su estructura consumen y generan recursos, nunca con la intención de ser algo mas que ellas mismas han generado en ciego conjunto una enorme máquina de belleza que ha traslapado la realidad a un mundo onírico y ha sido el que duda sobre su propio estado, es decir, el humano.

¿No es vivir algo ya extraño? la recompensa de estar vivos y ser exageradamente simples, intuyendo cosas del ambiente, mirando al rededor y generando conclusiones en tiempo real de forma extensa y mesurada es un hábito difícil por muy próximo que sea el "darse cuenta de", y esto porque precisamente uno quiere ser uno mismo, para ello la introspección es un ejercicio constante mas superficial. En realidad el ser uno mismo es algo necesario, incluso el ser uno mismo es una exigencia de tu círculo cercano, moda, porque aún así necesitas una buena intersubjetividad y es obvio ni si quiera nocivo, es la única forma de mantener cuerpo y sentido en la especie, pero esta exigencia transforma la personalidad en algo ficticio, en realidad al ser uno mismo nos idealizamos y decimos ser lo que queremos ser y no lo que expresamente somos.

El mantenernos sensibles al ambiente, quiero decir, observar y concluir antes de ejecutar como un hábito constante, y ser quienes somos, el definitivo yo, con los errores y horrores que realmente significa ser quien soy hará de nosotros una célula que produce desinteresadamente, tenerse a si mismo claro y con un buen auto-gobierno, con la disciplina interna hará un intrínseco altruista, algo así como el árbol que se preocupa de crecer, esparcir raíces, gastar agua y luz, repartirá sombra, oxígeno y frutos como desecho que serán de provecho para el resto.

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