jueves, noviembre 10

La ciudad del asco.

Puedo hacer hartas reflexiones ante la ciudad que se derrama en mis ojos, puedo citar a buenos autores que se entretienen con la tinta desarmando en criticas palabra por la palabra aquello establecido en los sistemas actuales, puedo pisar con asco las calles que no se dan cuenta lo sucias que están, todos al parecer tenemos algo que decir en contra de una sociedad putrefacta, "la vida moderna tiene mas de moderna, que de vida".
Claramente si nos dedicáramos a ser ciudadanos responsables entendiendo que mi libertad solo puede ser ejercida si correctamente ejercida es la de mi prójimo, si fuera así no debería de haber leyes, los anarquistas no se equivocan en eso...
La pregunta entonces no es "¿Qué se puede hacer para lograr una buena sociedad?" si no mas bien "¿Qué puedo hacer yo, para lograr una buena sociedad?"

Entre ramas de un árbol abatido por el tiempo de la estupidez, cansado de la absurda historia repetida ha dejado caer entre sus hoja, la oda de la ciudad del asco.

¿Qué es lo que camina por ahí?
se pisa a si mismo como correspondiéndose
se mira en sus charcas con orilla de lodo negro
cremado por el hollín de sus chimeneas
corroído por el fluido de sus alcantarillas
se posa sobre si misma y ciñe en su cintura
aún con orgullo la espada del futuro.
No puede evitar pintarse en el espejo
con oros y luces ufanas
se contempla a lo lejos con orgullo
mas bien si se mira por 3 segundos
la vergüenza la abate con precoz desdén
ignora eso, pues la mentira hace de ella
la ciudad de lo absurdo
la ciudad de lo imaginario
todos viven en ella tropezándose
se contorsiona en movimientos
la gente se mueve al rededor de ella
y ella, en dinámica respuesta, se retuerce
si que se retuerce, en su propia inmundicia
Porque eres ridícula.
Porque eres bobalicona.
Porque representas la degeneración en tus noches.
Porque representas la desolación en tus dias.
Porque eres vivo recuerdo de la cultura de lo falso.
Porque eres imagen.
Porque no representas nada.
Porque pensar en ti me hace pensar en el desprecio.
Porque eres obscena.
Porque habitamos en ti con furia de hacerlo.
Te lo concedo a ti, mi ciudad de la vida.
Te lo proclamo con mi mano y de este en adelante mi trono de la arena.
Te bautizo como la ciudad del asco.
Enferma de ti misma.
Representas todo lo que ha fallado desde que nacimos.
¿A caso no es el error la pesada capa que pesa en tus hombros?
Condenada a caminar jorobada
tu corona te queda bien
la condena de los gritos abraza tu cabeza.
Mientras pueda pensar en ti como antorcha de la libertad.
Mientras pueda verme en los cerros que están en tus fronteras.
Mientras tenga en mi recuerdo y en mi goce la melancolía del altruismo
aún hay esperanza de dejar mi trono de arena
y olvidar mi reino por un nombre mejor.

Pues todo es culpa mía por que Yo soy Mi ciudad...
Eso te involucra a ti, que estas de la mano conmigo, que lees esto conmigo.
Hermano de letras pintemos la ciudad del asco.