sábado, diciembre 6

pacífico

Vivo en un acantilado frente al mar del Pacífico, un decierto plano que no parece acabar, cuando es verano la brisa lleva un olor limpio y sereno, el cielo se uniforma de un inmaculado azul y el mar refleja esa alegre soledad.

Me hace pensar que vivo en el fin del mundo, algunas gaviotas revolotean pareciendo puntos blancos en las rocas, cuando atardece el color del mar, de las rocas y gaviotas ilustran algo así como una llama apagándose, y veo como el mundo se apaga con ello, expuestos al frio y a la oscuridad de la noche, me hace pensar lo abandonado que estamos, completamente solos como humanidad en un roca que se enfria lentamente, a la mañana siguiente el sol sigue iluminandonos y la vida sigue tranquila. Sólo en el fin del mundo se aprecia la verdadera soledad, la alegre melancolía de una roca enfriándose