lunes, diciembre 21

La muralla del terror

Estando en pleno trabajo por los ideales, aquello que siempre leíste en tus libros favoritos, en tus películas y series de televisión sagradas, en toda esta multimedia que buscaste desesperadamente para encontrar un ejemplo, un lugar a donde apuntar y llegar, algún camino que seguir, siempre asumimos que el dolor debía estar presente, que el camino debía ser una lucha para conquistar.

Pero ¿Y si no es así?¿Y si la equivalencia de energía no es necesariamente cierta?¿Y si realmente se puede disfrutar simplemente?

Es que estoy cansado de sentir culpa por sólo querer descansar, esa electricidad de la médula, las garras en la espalda, y cuando digo cansado me refiero ya a lo físico. Lo digo porque a pesar de la definición intrínseca forjada en nuestros genes, en el fantasma que heredamos de la misma existencia al nacer, que tenemos sobre la justicia, muy de vez en cuando me detengo a pensar a que todavía fuimos arrojados a la vida sin preguntarnos y se nos obligó a sufrir para disfrutar ¿Desde cuando hicimos tan natural eso?

¿Soy un egoísta? Tan sólo tengo miedo.