domingo, noviembre 16

Ruido blanco

Y vimos que en la época de los 90 nació entre las personas una nueva clase de temor, entre toda el rio de éxtasis, las pastillas, las luces y la noche nació el temor de crear a nuestros propios dioses a través de la tecnología, basicamente ocupar esta resonancia de ideas, la red simbiótica de las comunicaciones para crear algo que palpite detrás de ello, vale decir, que se emane entre los callejones perdidos de la telefonía, la televisión y la internet un ser todo poderoso que controle el deseo, el dios de un hedonismo desganado.

Sin embargo y como es propio de la época hasta ahora, habíamos esperado tal temor, sentimos ancias de tal cosa, disfrutamos de las cosquillas que nos produce el miedo, contemplamos aturdidos por el éxtasis nuestra destrucción, la creación de un dios es el deseo final de un hedonista drogado, corresponde pues al fin de las responsabilidades y ahogarse hasta morir en satisfacción rápida.