jueves, septiembre 15

Insecto

                                                                                                                        Simple tinta
La imagen es simple, un chaleco rojo talla L mirando al computador con una pesada intención de querer hacer algo por hacer algo, los brazos se extienden a un objetivo compartido con la mirada, el pecho se infla y se vacía en todo momento, caen ataviadas las manos en el teclado, el hambre ataca en forma irónica, los pies cruzados protegidos por un negro pantalón de buzo terminados en unas zapatillas Adidas, chistoso que me fije en ese detalle, la cama se hunde bajo el cuerpo, se arremanga entre si, el cubre y la mesa tiembla cada vez que cambio la mano de posición, se respira la sensación de desperdicio, tanto potencial gastado en un desganado deterioro de la cultura propuesta por viciadas virtudes pútridas en juicios de valores, valores devaluados, desvalijados por vicios de banalidad, calcomidos por azúcar, dopamina y falsas intenciones, la mirada sigue en movimientos automáticos mientras se queman las células por el asedio de la luz, esa pantalla no muestra nada mas que la inconformidad que siento con la tierra y el asfalto, algo reiterado, aburrido.

La lámpara me vomita un pálido amarillo, parece derramarse uniforme, monótona es su poesía, me gusta, es cálida, entre esos cables vuela un insecto, como bañándose con la luz, despreocupado vuela, parece cubierto de polvo, o de pensamientos simples, es simple, sencillo en sus movimientos y en sus intenciones, ¿Cómo lo hacen? se mueven sin deseo, ¿Qué pasa si los insectos no son los inferiores que no pueden pensar?¿Qué pasa si en realidad están tan equilibrados que en realidad no necesitan pensar? Tal vez encontraron una motivación mas allá del engaño y no tienen por qué juzgar sus movimientos, al final a veces veo que el pensamiento solo sirve para darse cuenta lo ridículos que podemos ser, nadie en la naturaleza parece pensar y sin embargo es tan bellamente armoniosa, como si todos comprendieran por qué están ahí y solo son, fluyen.

No importa, ellos son imbéciles, mejor no aprender de ellos por que yo pienso y ellos no, ¿Y si el insecto piensa? Engreído soy al descartar la posibilidad, jaja, cosas que digo, ese insecto que yo miro incrédulo al fin y al cabo debe tener buenos chistes de mi, buenos consejos que darme y muy buenas razones para ignorarme y no conversar conmigo, ¿Quién querría conversar con un sordo engreído?

Razonando un poco y hastiado de esto, respecto a una buena pregunta antes hecha, la mejor forma de matarme seria concederme un deseo.

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